RENOVAR EL LIDERAZGO ESTADOUNIDENSE

Los demócratas creemos que solo podemos ser fuertes en el mundo cuando somos fuertes y estamos unidos en casa. Creemos que una democracia saludable, una sociedad justa y una economía inclusiva son requisitos esenciales para un liderazgo estadounidense eficaz en el extranjero. Y creemos que el mejor indicador de éxito, y el propósito, de nuestra política exterior es si protege y promueve la seguridad, la prosperidad y los valores de los Estados Unidos, y obtiene resultados para todos los estadounidenses.

El presidente Trump prometió que pondría a los “Estados Unidos primero”, pero el Estados Unidos de Trump está solo en el escenario mundial. Bajo su liderazgo, la reputación y la influencia de los Estados Unidos han quedado destrozadas. Nuestro país es menos seguro, nuestra economía más frágil y nuestra democracia, nuestros valores y nuestra unidad están en peligro.

En lugar de promover nuestros intereses y valores en un mundo más competitivo, el presidente Trump se ha retirado, permitiendo que nuestros adversarios llenen el vacío. Ha atacado las fuentes de nuestra fuerza, ha dejado la diplomacia estadounidense hueca, ha destrozado nuestros compromisos internacionales, ha debilitado nuestras alianzas y ha empañado nuestra credibilidad.

En lugar de hacer inversiones inteligentes para mantener la ventaja competitiva de nuestras fuerzas armadas, el presidente Trump ha desperdiciado billones en proyectos en vano, ha prohibido a patriotas estadounidenses servir a su país, ha negado a las familias militares el cuidado y el apoyo que se han ganado y ha tratado de utilizar a nuestras mujeres y hombres uniformados para sembrar miedo y división.

En lugar de ayudar a los estadounidenses a competir en la economía global, ha iniciado guerras de tarifas negligentes que tienen motivaciones políticas y que han castigado a los trabajadores antagonizado a nuestros aliados y beneficiado a nuestros adversarios.

En lugar de poner fin a nuestras guerras eternas, nos ha llevado al borde de nuevos conflictos y ha militarizado aún más nuestra política exterior. En lugar de reducir los peligros nucleares, los amplificó y llevó al mundo al borde de una catástrofe.

En lugar de estar codo a codo con nuestros aliados y socios, los ha traicionado.

En lugar de defender la democracia y los derechos humanos, ha adulado a líderes autócratas, envió cartas de amor a líderes déspotas, se puso del lado de dictadores en vez de apoyar manifestaciones pacíficas y abrió las puertas a interferencia extranjera en nuestras elecciones. En lugar de erradicar la corrupción, ha hecho causa común con cleptócratas.

En lugar de luchar contra la amenaza existencial del cambio climático, ha negado la evidencia científica y acelerado el daño.

En todas las regiones y en todos los temas, la seguridad y los intereses estadounidenses corren mayor peligro, y nuestros rivales tienen mayor ventaja que hace cuatro años.

Los demócratas creemos que cuatro años más de Donald Trump hará daños irreparables a nuestra influencia a nivel mundial. Pero cerrar el capítulo de “Estados Unidos primero” es solo el comienzo del trabajo que tenemos por delante. Debemos relacionarnos con el mundo tal y como es hoy, no como era antes de la destrucción del presidente Trump. Es por eso que no podemos simplemente aspirar a restaurar el liderazgo estadounidense. Debemos reinventarlo para una nueva era.

Revitalizaremos el poder y el propósito de la diplomacia estadounidense para competir en un mundo más desafiante. Lideraremos no solo con el ejemplo de nuestro poder, sino con el poder de nuestro ejemplo. Nuestros valores estarán en el centro de nuestra política exterior. Y reinventaremos alianzas, asociaciones e instituciones internacionales para enfrentar los desafíos comunes que ningún país puede enfrentar por sí solo. El mundo de hoy se ve muy diferente al período posterior a la Segunda Guerra Mundial que dio origen a nuestro sistema de alianzas. Pero estos cambios hacen que nuestras alianzas sean más, no menos, cruciales para nuestro éxito.

Nos aseguraremos de que nuestro ejército no tenga igual. Le debemos a nuestros hombres y mujeres uniformados y a todo el país ser más estratégicos e inteligentes en la manera que gastamos nuestros dólares de defensa, enfocados en construir una fuerza que pueda disuadir y ganar los conflictos del siglo 21. Y usaremos la fuerza sólo cuando sea necesario, siempre como último recurso y con el consentimiento informado del pueblo.

Y, lo más importante, los demócratas nos aseguraremos de que la reinvención del liderazgo estadounidense en el extranjero haga prioridad y acelere nuestro renacimiento en casa. Centraremos nuestra política exterior disciplinada en las necesidades y aspiraciones de la clase media y en el imperativo de construir una sociedad más dinámica, justa y resiliente—la fuente máxima de nuestro poder.

Revitalizar la Diplomacia Estadounidense

Los demócratas revitalizaremos la diplomacia de nuestro país para garantizar que los Estados Unidos siga siendo el poder principal del mundo y una fuerza de principios para la paz y la prosperidad.

Los Estados Unidos debe estar a la cabeza de la mesa siempre que esté en juego la seguridad y el bienestar de las personas, trabajando en causa común con nuestros aliados y socios. Una y otra vez, la Administración de Trump ha abandonado nuestro lugar en la mesa, dejando el asiento de Estados Unidos vacío y los intereses de la gente en el menú. Los estadounidenses merecen mucho mejor.

Reconstruir la Herramienta de Primer Recurso de los Estados Unidos

Los demócratas creemos que la diplomacia debería ser nuestra herramienta de primer recurso. La mayor potencia del mundo merece tener el mejor cuerpo diplomático del mundo. Pero hoy, la diplomacia estadounidense está muy a la deriva y con pocos recursos, y nuestros diplomáticos están desmoralizados.

Los demócratas apoyaremos e invertiremos en reformas que se debían haber adoptado hace tiempo para hacer que el Departamento de Estado sea más estratégico, moderno, ágil y eficaz. En lugar de militarizar nuestra política exterior, tratar a nuestros diplomáticos con desprecio y pedir recortes presupuestarios irresponsables, los demócratas volveremos a poner la diplomacia en manos de los profesionales y nos aseguraremos de que estén mejor preparados para promover los intereses estadounidenses en los temas centrales de nuestro tiempo, como tecnología disruptiva y el cambio climático. Reclutaremos una nueva generación de estadounidenses que quieran servir a su país en el extranjero y asegurarnos de que tengan la capacitación y las herramientas que necesitan. Y ampliaremos y reformaremos el Servicio Exterior para que refleje la diversidad y riqueza del país que representa.

Reinventar Alianzas

Los demócratas creemos que las alianzas de los Estados Unidos es un elemento fundamental para nuestra seguridad nacional que debe cultivarse, no desecharse. Nuestros aliados ofrecen una enorme ventaja estratégica que nuestros rivales no pueden igualar. Ellos multiplican nuestra influencia, extienden nuestro alcance, alivian nuestra carga y promueven nuestros intereses y prioridades compartidas mucho más de lo que podríamos hacerlo por nuestra cuenta.

El Presidente Trump ha socavado nuestras alianzas en formas que nuestros adversarios sólo podrían haber soñado: sembrando dudas sobre nuestros compromisos con los acuerdos diplomáticos, la defensa mutua, los valores democráticos y nuestros objetivos estratégicos. Como resultado, nuestro sistema de alianzas enfrenta hoy su mayor prueba desde el final de la Guerra Fría. El Presidente Trump ha puesto presión en los miembros del G7 para que permitan que Rusia regrese a la organización mientras ataca a nuestros aliados de la OTAN e ignora los reportes de inteligencia que muestran que Rusia ofreció recompensas por asesinar a miembros de las tropas estadounidenses y a otras fuerzas de la coalición en Afganistán. Ha debilitado la confianza que tenían nuestros aliados en el compromiso de los Estados Unidos con la disposición de defensa mutua del Artículo 5 de la alianza y ha amenazado con retirar las tropas de Alemania sin consultarlo. En medio de una crisis nuclear en la península de Corea, trató de extorsionar a nuestros aliados de Corea del Sur para que aumentaran drásticamente su parte de los costos de la alianza.

Los demócratas no solo repararemos nuestras alianzas, sino que las reinventaremos para promover prioridades mutuas y enfrentar nuevos desafíos. Creemos que nuestras alianzas son más fuertes cuando están arraigadas en valores democráticos compartidos. Es por eso que debemos señalar claramente nuestras profundas preocupaciones sobre el retroceso de la democracia en varios estados aliados, y por qué debemos trabajar con las democracias aliadas para poner fin al retroceso global de la democracia.

Haremos que el desarrollo de respuestas compartidas a amenazas no militares como la desinformación, la corrupción y la coerción económica sean prioridades en nuestra agenda. Trabajaremos con nuestros aliados para mejorar la interoperabilidad y los alentaremos a desarrollar sus capacidades de defensa, a asumir una mayor responsabilidad por la seguridad regional y a contribuir con su parte justa. Pero nunca trataremos a nuestras alianzas como una estafa de protección. Los demócratas no solo reinventaremos las alianzas existentes, sino que también trabajaremos para fortalecer y construir nuevas alianzas en regiones de creciente importancia estratégica, particularmente en África y América Latina.

Instituciones Internacionales

Los demócratas creemos que la seguridad y la prosperidad del país mejora cuando los Estados Unidos lidera el proceso de formular reglas, elaborar acuerdos y maneja las instituciones que guían las relaciones internacionales. Creemos que el sistema de instituciones internacionales que construimos y dirigimos durante las últimas siete décadas ha dado grandes frutos. Y en el mundo más competitivo que estamos viviendo, su renovación es una prioridad diplomática crítica. Desafortunadamente, el presidente Trump ha orquestado una retirada estadounidense de los organismos mundiales que debilita nuestra influencia, cede terreno a nuestros adversarios y pone en peligro la paz y la prosperidad mundial.

En lugar de retirarse de la escena mundial, los demócratas creemos que los Estados Unidos debe liderar el camino y movilizar a nuestros aliados para que trabajemos juntos en pos de una causa común. Nos reuniremos y reformaremos la OMS, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y el Fondo de Población de las Naciones Unidas, porque en una crisis mundial de salud pública y una recesión democrática mundial, el liderazgo estadounidense es más necesario que nunca. Trabajaremos para modernizar las instituciones internacionales a fin de asegurarnos de que sean adecuadas para su propósito en el siglo 21 y sean administradores responsables tanto de los fondos públicos como de la confianza mundial.

Asistencia y Desarrollo Extranjero

Los demócratas creemos en que los programas de asistencia y desarrollo extranjeros son herramientas poderosas para promover la seguridad y la prosperidad de los Estados Unidos y del mundo. Usando menos del uno por ciento de su presupuesto anual, los Estados Unidos obtiene un rendimiento extraordinario por sus inversiones al rededor del mundo en la prevención y el alivio de la pobreza, el hambre, las enfermedades y los conflictos, el empoderamiento de poblaciones vulnerables y marginadas y la apertura de los mercados globales para que los negocios y las exportaciones estadounidenses prosperen. Es por eso que nos aseguraremos de que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) recupere su posición como la principal agencia de desarrollo del mundo. Y es por eso que rechazamos el enfoque punitivo y transaccional de la Administración de Trump hacia la ayuda extranjera y su uso para promover diligencias políticas internas a expensas de nuestros intereses nacionales.

Los demócratas dedicaremos los recursos e implementaremos las reformas necesarias para multiplicar aún más el impacto de la ayuda exterior. Reafirmaremos el compromiso de los Estados Unidos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y promoveremos esfuerzos de recolección de datos y medidas de transparencia que garanticen rendición de cuentas y ayuden a identificar áreas de inversión estratégica. Incorporaremos perspectivas locales, incluyendo las de los socios de la sociedad civil, en el diseño, ejecución y evaluación de nuestros programas para asegurar un impacto duradero. Y proporcionaremos el apoyo presupuestario y las autoridades estatutarias necesarias para asegurarnos de que nuestras instituciones de ayuda, incluyendo la nueva Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de EE. UU., se integren exitosamente a los esfuerzos de desarrollo más amplios del sector privado e internacional. Los demócratas lideraremos los esfuerzos internacionales para ayudar a los países en desarrollo a resistir y recuperarse de las crisis de deudas causadas por la pandemia de COVID-19, y pondremos todos nuestros esfuerzo en instituir estándares internacionales que establezcan más transparencia y sostenibilidad en el financiamiento del desarrollo.

Transformar Nuestras Fuerzas Armadas para el Siglo 21

Los demócratas creemos que nuestras fuerzas armadas son, y deben ser, la fuerza de combate más eficaz del mundo. Para mantenerlas así, necesitamos poner fin a nuestras guerras interminables, racionalizar nuestro presupuesto de defensa, invertir en las fuerzas y tecnologías del futuro, reparar las relaciones cívico-militares y fortalecer nuestro pacto con los miembros del servicio, los veteranos y familias militares.

Poner Fin a las Guerras Perpetuas

Los demócratas sabemos que es hora de poner fin a casi dos décadas de conflicto interminable. Nuestros enfrentamientos militares, que se han extendido desde África occidental hasta el sudeste asiático, han costado más de 5 trillones de dólares y más de medio millón de vidas. Nuestra guerra en Afganistán es la guerra más larga en la historia de los Estados Unidos, con las tropas estadounidenses más jóvenes ahora librando una guerra que se inició incluso antes de que nacieran. El presidente Trump dijo que sacaría a Estados Unidos de estas guerras, pero en su lugar movilizó más tropas, expandió sus misiones y avivó las tensiones regionales que pusieron en peligro innecesariamente las vidas y los intereses de los estadounidenses.

Los demócratas cumpliremos con este compromiso atrasado de poner fin a las guerras perpetuas, y lo haremos de manera responsable: estableciendo prioridades, liderando con diplomacia, protegiéndonos de las amenazas terroristas, capacitando a nuestros aliados locales y trayendo a nuestras tropas a casa.

Los demócratas estamos comprometidos con un acuerdo político duradero e inclusivo en Afganistán que garantice que no se permita que al-Qaeda se reconstituya, que el Estado Islámico (ISIS) no crezca y que la comunidad internacional pueda ayudar a los afganos a salvaguardar los logros alcanzados con grandes esfuerzo, especialmente para mujeres y niñas.

Los demócratas pondremos fin al apoyo a la guerra liderada por Arabia Saudita en Yemen y ayudaremos a poner fin a esta guerra. Esta guerra es responsable de la peor crisis humanitaria del mundo y amplifica las amenazas a la región y a nuestros intereses. Los demócratas creemos que los Estados Unidos deben de apoyar los esfuerzos diplomáticos, no bloquearlos.

Los demócratas no solo pondremos fin a las guerras que han costado tanta sangre y recursos estadounidenses, sino que aplicaremos sus lecciones. Solo usaremos la fuerza cuando sea necesario para proteger la seguridad nacional y cuando el objetivo sea claro y alcanzable, con el consentimiento informado del pueblo estadounidense y, cuando sea necesario, con la aprobación del Congreso. Es por eso que trabajaremos con el Congreso para derogar las autorizaciones anticuadas para el uso de la fuerza militar y las reemplazaremos con un marco estrecho y específico que garantizará que podamos proteger a los estadounidenses de las amenazas terroristas y poner fin a las guerras perpetuas.

En lugar de ocupar países y derrocar regímenes para prevenir ataques terroristas, los demócratas tendremos como prioridad usar herramientas diplomáticas, de inteligencia y de aplicación de la ley más efectivas y menos costosas. Ajustaremos nuestra capacidad antiterrorista, la pondremos al servicio de objetivos regionales y generales de política exterior más amplios, y nos aseguraremos de que nunca socave los valores que buscamos defender. Y movilizaremos a nuestros aliados para que realicen inversiones sostenidas que puedan prevenir conflictos y puedan ayudar a extinguir las llamas de las que se alimentan los extremistas.

Asegurar Nuestra Ventaja Competitiva

Los demócratas creemos que el ejército de los Estados Unidos debería ser la fuerza de combate mejor entrenada, mejor equipada y más eficaz del mundo. Poner fin a las guerras perpetuas, reducir la enorme presión sobre nuestras fuerzas y racionalizar nuestra huella militar global son requisitos previos esenciales para asegurar nuestra ventaja competitiva, pero no son suficientes.

Invertiremos en tecnología y fuerzas que enfrenten las amenazas del futuro, desde el ciberespacio hasta la inteligencia artificial y los sistemas no tripulados, y reforzaremos las alianzas y asociaciones que mejoran nuestra seguridad colectiva. En lugar de seguir confiando en plataformas heredadas que están cada vez más expuestas y vulnerables, los demócratas apoyan el financiamiento de una fuerza más rentable, ágil, flexible y resistente con capacidades modernas de transporte y logística que pueden operar en entornos más disputados. Los demócratas acelerarán la transformación de la defensa de manera responsable, ética y con fuertes protecciones de privacidad. Y creemos que las implicaciones del cambio climático para la seguridad nacional y el Departamento de Defensa ya no pueden ser una ocurrencia tardía, sino que deben estar en el centro de todas las políticas y planes operativos para asegurar nuestros intereses vitales.

Presupuesto de Defensa

Los demócratas creemos que el mejor indicador de nuestra seguridad no es cuánto gastamos en defensa, sino cómo gastamos nuestros dólares de defensa y en qué proporción a otras herramientas en nuestra caja de herramientas de política exterior y otras inversiones nacionales urgentes. Creemos que podemos y debemos garantizar nuestra seguridad al mismo tiempo que restauramos la estabilidad, la previsibilidad y la disciplina fiscal en los gastos de defensa. Gastamos 13 veces más en el ejército que en la diplomacia. Gastamos cinco veces más en Afganistán cada año que en salud pública mundial y prevención de la próxima pandemia. Podemos mantener una defensa sólida y proteger nuestra seguridad por menos. Ya es hora de reequilibrar nuestras inversiones, mejorar la eficiencia y competitividad de nuestra base industrial de defensa, realizar auditorías anuales rigurosas del Pentágono y acabar con el despilfarro y el fraude.

Mantener la Fe en Nuestros Veteranos y Familias Militares

Los demócratas creemos que nuestra fuerza militar es más poderosa cuando refleja la riqueza y la diversidad de la sociedad estadounidense, y cuando tratamos a nuestros miembros del servicio, los veteranos y sus familias con la dignidad que se han ganado. Protegeremos y mejoraremos las oportunidades para cualquier persona que pueda cumplir con los estándares para servir en roles de combate, y lucharemos contra el flagelo de la violación y la agresión sexual en nuestro ejército, pondremos fin a las represalias y la impunidad, y protegeremos a sobrevivientes de abuso. Eliminaremos la prohibición cargada de odio que implementó la Administración de Trump que prohíbe a personas trans servir en las fuerzas armadas del país; las exclusiones discriminatorias en el servicio de la salud militar y las políticas que estigmatizan y discriminan a las personas que viven con el VIH y el SIDA; y aseguraremos que los miembros del servicio LGBTQ+ y sus familias disfruten de igual respeto, beneficios y atención. Eliminaremos el racismo sistémico de nuestro sistema de justicia militar, donde los miembros afroamericanos del servicio tienen el doble de probabilidades que los blancos de enfrentarse a una corte marcial. Aceleraremos los esfuerzos para reclutar y promover a personas de color en el cuerpo de oficiales. Creemos que los miembros del servicio, los veteranos y sus cónyuges nunca deben enfrentar la deportación. Y es por esto que crearemos un proceso de libertad condicional para los veteranos deportados por la Administración de Trump para reunirlos con sus familias y compatriotas. Y creemos que cualquier persona que haya servido honorablemente en nuestras fuerzas armadas se ha ganado conseguir la ciudadanía antes de su baja o jubilación.

Los demócratas creemos que la mejor fuerza de combate del mundo y sus veteranos merecen el mejor cuidado de salud del mundo. Reconstruiremos la confianza y los mecanismos de rendir cuentas al VA, no lo privatizaremos. Modernizaremos las instalaciones del VA y reforzaremos los fondos para el VA como parte de un plan de infraestructura a nivel nacional, ampliaremos la elegibilidad para los beneficios de VA para que todos los veteranos puedan acceder al VA, y trabajaremos con el Congreso para eliminar los copagos del VA para el cuidado de la salud preventiva para veteranos. Nos aseguraremos de que los beneficios del VA cubra todas las necesidades de nuestras mujeres veteranas, e incluya servicios tales como los servicios reproductivos, y que cada veterano reciba atención y beneficios amplios y culturalmente competentes, independientemente de su origen étnico, raza, identidad de género u orientación sexual, y eliminaremos las exclusiones de personas transgénero. Combatiremos la falta de vivienda de los veteranos con diversas medidas tales como convertir las instalaciones del VA en viviendas.

Veinte veteranos y miembros del servicio mueren por suicidio diariamente. Trataremos al suicidio como la crisis de salud pública que es. En la actualidad, solo la mitad de los veteranos de Afganistán e Irak tienen acceso a los servicios de salud mental que necesitan. Es por eso que invertiremos en servicios de salud mental y prevención del suicidio, y trabajaremos con nuestras comunidades militares para alentar y apoyar a quienes buscan ayuda, conectándolos con servicios críticos. Los demócratas brindaremos a los cientos de miles de miembros del servicio que hacen la transición a la vida civil el apoyo que necesitan. Los demócratas no toleraremos la explotación de nuestros veteranos, especialmente por parte de universidades con fines de lucro que saquean sus beneficios y cargan a los veteranos con deudas.

Los demócratas creemos que no podemos mantener la fuerza que necesitamos a menos que nos ocupemos de las familias militares, a quienes se les ha pedido que soporten tanto durante tanto tiempo, con muy poco apoyo. Ninguna familia militar debería luchar para pagar sus cuentas, poner comida en la mesa o accesar servicios de salud, viviendas de calidad, cuidado infantil o la fuerza laboral. Nos aseguraremos de que los salarios y las compensación sigan el ritmo de la economía actual. También aumentaremos el tiempo entre órdenes de movilización, mejoraremos el rendimiento escolar de los niños militares e invertiremos en programas de capacitación profesional, educación y emprendimiento para los cónyuges de militares, que enfrentan una tasa de desempleo que duplica el promedio nacional. Ampliaremos los créditos tributarios para ayudar a los proveedores de cuidado familiar de nuestros veteranos y garantizar que reciban el apoyo que necesitan del VA y del Departamento de Defensa. Y apoyaremos los esfuerzos en todo el país para ayudar a los veteranos y las familias militares a prosperar, enriquecer y fortalecer sus comunidades y nuestra nación.

Relaciones Cívico-Militares

Los demócratas creemos que buenas relaciones cívico-militares son esenciales para nuestra democracia y para la fuerza y ​​eficacia de nuestras fuerzas armadas. Terminaremos con la politización de las fuerzas armadas por parte de la Administración de Trump y la distorsión de los roles civiles y militares en la toma de decisiones. Restableceremos los procesos de formulación de políticas de seguridad nacional que promuevan el control civil competente e incorporen de manera apropiada el asesoramiento militar; no emitiremos órdenes por tweet. Salvaguardaremos la independencia del sistema de justicia militar; no perdonaremos a criminales de guerra.

Los demócratas celebraremos conferencias de prensa periódicas para explicar las justificaciones legales y políticas de las operaciones militares, porque la transparencia y el debate abierto con el Congreso y el público estadounidense son necesarios para reforzar la responsabilidad democrática. Los demócratas nunca utilizarán a los soldados en servicio activo como apoyo político, y nunca enviaremos fuerzas militares para reprimir a las personas ejerciendo sus derechos constitucionales.

Movilizar al Mundo para Enfrentar Desafíos Transnacionales

Pandemias y Salud Mundial

El costo humano y económico de la pandemia de COVID-19 ha destacado la urgente necesidad de fortalecer el sistema de salud pública mundial. También ha revelado las consecuencias de la desconexión de los Estados Unidos con el mundo. Se advirtió a la Administración de Trump sobre el peligro claro e inminente de una pandemia global. La Administración no solo ignoró la amenaza, sino que desmanteló nuestros mecanismos de alerta temprana y respuesta y no actuó cuando comenzó la pandemia. Se lo debemos a todos aquellos cuyas vidas han sido destrozadas por esta enfermedad para aprender de ese error fatal.

 Los demócratas tomaremos las medidas necesarias para garantizar que amenazas a la salud pública, en el país o en el extranjero, no vuelvan a tomar a nuestro gobierno por sorpresa. Revitalizaremos y ampliaremos la Agenda de Seguridad Sanitaria Mundial de la Administración Obama-Biden y restauraremos inmediatamente la Dirección del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca para Seguridad Sanitaria Global y Biodefensa.

 Los demócratas también movilizaremos a nuestros aliados, socios e instituciones internacionales para desarrollar un sistema de salud pública global más sólido y eficaz. Trabajaremos para ayudar a las Naciones Unidas a mejorar sus esfuerzos de facilitación en crisis de salud pública y estableceremos una Junta de Emergencias de Salud Global para armonizar la respuesta a las crisis para las comunidades vulnerables.

 En lugar de socavar a la OMS y socavar su trabajo en la primera línea de defensa a una pandemia mundial, los demócratas nos aseguraremos de que los Estados Unidos sigan siendo su principal patrocinador y socio técnico. Proporcionaremos todos los recursos necesarios a la OMS, especialmente a su Fondo de Contingencia para Emergencias, al tiempo que apoyaremos reformas y mecanismos fundamentales para mejorar la rendición de cuentas y proteger a los expertos de la presión política. Apoyamos el desarrollo de un acelerador de vacunas para garantizar un acceso mundial rápido, equitativo y asequible a vacunas, productos terapéuticos y suministros.

 Más allá de su daño inmediato, la pandemia de COVID-19 ha interrumpido gravemente las vacunas rutinarias que salvan vidas, poniendo a 80 millones de niños en todo el mundo en mayor riesgo de morir a causa de enfermedades prevenibles. Reafirmaremos nuestro compromiso con el Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA y ayudaremos a hacer realidad la promesa de una generación libre de SIDA. Y ayudaremos al mundo a erradicar la tuberculosis, la malaria y la poliomielitis, así como las muertes prevenibles de madres y niños.

Cambio Climático

Los demócratas reconocemos que los Estados Unidos no se encuentra solo en la lucha contra el cambio climático y la degradación ambiental global. Integraremos completamente el cambio climático en nuestra política exterior y a nuestras estrategias de seguridad nacional, y restauraremos el liderazgo climático global de Estados Unidos.

Los demócratas nos uniremos una vez más de inmediato al Acuerdo Climático de París, comprometeremos a los Estados Unidos a hacer lo que le corresponde y lideraremos al mundo en los esfuerzos por mantener el calentamiento global a 1,5 grados Celsius. También convocaremos una cumbre mundial enfocada en establecer nuevos y ambiciosos objetivos globales para reducir el efecto invernadero. Reviviremos y ampliaremos la ayuda que ofrecemos al exterior relacionada con el clima; entre las medidas que tomaremos se encuentra volver a comprometernos con el Fondo Verde para el Clima. Protegeremos nuestros océanos, amortiguadores vitales contra los impactos del cambio climático, mediante programas de gestión pesquera y designaciones adicionales de áreas marinas protegidas. Buscaremos enfocarnos en métodos colaborativos y basados en planteamientos científicos para mejor administrar la región ártica que está cambiando rápidamente, a la misma vez que protegemos nuestros intereses estratégicos.

Trabajaremos para ratificar la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal y avanzaremos rápidamente para eliminar los hidrofluorocarbonos súper contaminantes en los Estados Unidos. Restauraremos el financiamiento para el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, para apoyar las investigación crítica que los científicos alrededor del mundo están conduciendo acerca del clima. Apoyaremos la protección de especies y hábitats de vida silvestre en todo el mundo, incluso promoviendo los objetivos del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica y alentaremos a otros países a unirse a nosotros para conservar el 30 por ciento del planeta para el 2030.

Los demócratas también trabajaremos con los líderes mundiales para catalizar mayores inversiones globales en soluciones de energía limpia y resiliencia climática, incluyendo el ayudar a países de bajos ingresos a avanzar por un camino de desarrollo más sostenible. Promoveremos la responsabilidad climática y movilizaremos un frente unido para evitar que estados como China subcontraten la contaminación a otros países.

Los demócratas creemos que la ejecución de una estrategia intrépida de liderazgo climático requerirá un enfoque sostenido y una mayor experiencia en nuestras instituciones de política exterior. Incorporaremos los problemas climáticos como prioridades clave en el Departamento de Estado, el Departamento de Defensa y en la Comunidad de Inteligencia. Y nos aseguraremos de que las misiones de servicio en el extranjero, incluyendo aquellas ejecutadas a través del Cuerpo de Paz y USAID, amplíen su misión para incluir la reducción de la contaminación por carbono, la protección de los pueblos indígenas y las poblaciones vulnerables del impacto climático y la garantía de un planeta más sostenible para todos.

Tecnología

Los demócratas creemos que el liderazgo diplomático estadounidense es fundamental para maximizar los beneficios de la innovación tecnológica y minimizar sus riesgos y problemas. Tenemos un interés en cerrar la brecha entre el ritmo de la innovación y el desarrollo de reglas de tránsito que rigen los dominios más importantes de la tecnología, desde el ciberespacio hasta la inteligencia artificial y la biología sintética. Los demócratas evitaremos una carrera por el último lugar, donde países hostiles a los valores democráticos moldeen nuestro futuro. En vez de esto, movilizaremos a los actores públicos y privados para garantizar que los nuevos productos y los nuevos descubrimientos que nuestro país produce estén sujetos a las leyes, la ética y las protecciones de las libertades civiles que permiten que las sociedades democráticas prosperen y que la prosperidad se comparta ampliamente.

Volveremos a comprometer a los Estados Unidos con los principios de una Internet abierta, incluyendo la neutralidad de Internet, y nos opondremos enérgicamente a los esfuerzos para aislar digitalmente a países y poblaciones del resto del mundo. Los demócratas creen que los algoritmos y las plataformas deberían empoderar a las personas en lugar de a los estados que quieren vigilar y controlar a su población. Esperamos que las empresas de tecnología y las plataformas de redes sociales asuman la responsabilidad y hagan más para preservar la apertura de las sociedades democráticas e identificar la desinformación extranjera, especialmente los esfuerzos pagados para influir en las elecciones a través de publicidad o comportamiento inauténtico coordinado, y tomaremos medidas para evitar el uso de nuevas tecnologías para facilitar la represión, difundir el odio o incitar a la violencia.

Los demócratas reconocemos que la seguridad de datos es cada día más vital en todas las áreas de progreso tecnológico. Es por eso que trabajaremos con nuestros aliados y socios para desarrollar redes 5G seguras y enfrentar las amenazas en el ciberespacio. Los demócratas mantendremos las capacidades para detectar y detener las amenazas cibernéticas, y trabajaremos con otros países, y el sector privado, para proteger los datos de toda persona y defender infraestructuras críticas, incluyendo el sistema financiero mundial.

También trabajaremos para asegurarnos de que la revolución de la biotecnología siga siendo una fuerza para el bien mundial. Fomentaremos los esfuerzos internacionales para gestionar la investigación de forma responsable y ética en áreas como el editaje de genes. Mantendremos y mejoraremos la colaboración internacional y el intercambio de datos. Y aseguraremos el acceso equitativo a los tratamientos médicos y las vacunas generados por los nuevos descubrimientos biotecnológicos. Los demócratas nos asociaremos con otros países y empresas privadas para reforzar nuestras capacidades e implementar estándares de seguridad apropiados para cualquier trabajo que involucre patógenos peligrosos, y seguimos firmemente comprometidos con la prohibición internacional del desarrollo o uso de armas biológicas.

No-Proliferación

Los demócratas creemos que los Estados Unidos tiene una responsabilidad moral y un imperativo de seguridad nacional para prevenir la propagación de armas nucleares, químicas y biológicas y, finalmente, asegurar su eliminación. Durante los últimos cuatro años, la Administración de Trump ha hecho precisamente lo contrario. Sus descaradas amenazas nucleares, sus retiradas precipitadas y desacertadas de tratados críticos de control de armas y acuerdos nucleares, y su aceptación irresponsable de una nueva carrera armamentista han hecho que los Estados Unidos y el mundo sean menos seguros. Gracias a la abdicación del liderazgo del presidente Trump, los peligros nucleares que enfrentan los estadounidenses son mayores de lo que han sido en décadas.

Los demócratas rechazamos el regreso a una vieja era de graves peligros nucleares.

Los demócratas creemos que el único propósito de nuestro arsenal nuclear debe ser disuadir —y, si es necesario, tomar represalias en contra de—un ataque nuclear, y trabajaremos para poner esa creencia en práctica, en consulta con nuestros aliados y militares. Trabajaremos para mantener medidas de disuasión sólidas y creíbles al tiempo que reducimos nuestra dependencia excesiva y el gasto excesivo en armas nucleares. La propuesta de la Administración de Trump de construir nuevas armas nucleares es innecesaria, derrochadora e indefendible.

Los demócratas nos comprometemos a fortalecer el Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares, manteniendo la moratoria sobre los ensayos de armas nucleares explosivas, presionando para la ratificación del Tratado de Comercio de Armas de la ONU y el Tratado de Prohibición Completa de Pruebas, y extendiendo el Nuevo START. Al igual que sucedió durante el apogeo de la Guerra Fría, es de nuestro interés trabajar con Rusia para limitar y reducir de manera verificable nuestras reservas nucleares. Construiremos sobre esta base para negociar acuerdos de control de armas que reflejen el surgimiento de nuevos actores como China, capten nuevas tecnologías y saquen al mundo del precipicio nuclear.

Terrorismo

Mientras los extremistas violentos continúen planeando ataques contra nuestra patria y nuestros intereses, los demócratas nos mantendremos vigilantes contra el terrorismo.

Los demócratas reconocemos que el panorama de amenazas ha evolucionado drásticamente desde el 11 de septiembre. A consecuencia de esto, nuestras prioridades, estrategias, el espacio que ocupamos y las herramientas de contraterrorismo deben cambiar, incluso para responder a la creciente amenaza de los supremacistas blancos y otros grupos terroristas de derecha.

Los demócratas continuaremos con el esfuerzo global para derrotar a ISIS, al-Qaeda y sus afiliados. Nos aseguraremos de que el mundo esté igualmente comprometido con la difícil tarea que sigue al éxito militar: hacer frente a las condiciones subyacentes que permitieron que floreciera el extremismo violento en primer lugar. Trabajaremos con nuestros aliados para priorizar las herramientas diplomáticas, policiales y de inteligencia, para reforzar nuestros objetivos en lugar de distorsionarlos.

Los demócratas creemos que nuestra retórica, políticas y tácticas, y las de nuestros aliados antiterroristas, nunca deberían servir como herramientas de reclutamiento de terroristas. Siempre trabajaremos para evitar víctimas civiles y no utilizaremos el contraterrorismo como arma con fines antiinmigrantes. Rechazaremos los ataques contra musulmanes, árabes y otras comunidades raciales y étnicas en función de su fe y antecedentes en el país y en el extranjero. Cerraremos el centro de detención en la Bahía de Guantánamo, mejoraremos la transparencia, la supervisión y las estrategias de rendición de cuentas en los programas y operaciones antiterroristas, y salvaguardaremos las libertades civiles y el estado de derecho.

Democracia y Derechos Humanos

En todo el mundo, la democracia y los derechos humanos están bajo un ataque más grande de lo que lo han estado en una generación. Bajo el presidente Trump, los Estados Unidos ha sido parte del ataque con demasiada frecuencia y muy pocas veces se ha comprometido a defender y promover los valores universales. Los demócratas creemos que la lucha por los valores universales debe comenzar en casa, pero no puede terminar ahí. El retroceso democrático global y la erosión de los derechos humanos ponen en riesgo nuestros intereses y valores. Es por eso que la reinvención del liderazgo estadounidense exige que coloquemos los valores democráticos en el centro de nuestra política exterior, con estrategias y herramientas renovadas para una nueva era.

Los demócratas haremos de la igualdad de género una prioridad clave de política exterior y trabajaremos para lograr la paridad de género en todo nuestro equipo de seguridad nacional. Implementaremos la Ley de Mujeres, Paz y Seguridad porque promover la igualdad de género mejora la estabilidad y la prosperidad económica en todo el mundo. Junto con nuestros aliados diplomáticos, incorporaremos a más mujeres en los procesos de paz, donde su participación puede mejorar las probabilidades de que se logre un acuerdo de paz, y aseguraremos el liderazgo de las mujeres en los procesos de paz y seguridad a nivel mundial. Los demócratas lideraremos los esfuerzos internacionales para enfrentar el flagelo de la violencia de género y trabajaremos para ratificar la Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer. Impulsaremos una mayor participación de las mujeres en la fuerza laboral mundial, lo que, según los estudios, puede aumentar el PIB mundial por un 25 por ciento.

Los demócratas siempre protegeremos la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Creemos que los servicios de salud completos, que incluyen servicios como el acceso a la atención reproductiva y los servicios de aborto, son vitales para el empoderamiento de las mujeres y las niñas. Apoyaremos la derogación de la regla mordaza global (también conocida como la Política de la Ciudad de México) y medidas como la Enmienda Helms, que limitan el acceso seguro al aborto. También restauraremos y ampliaremos las contribuciones estadounidenses al Fondo de Población de las Naciones Unidas para ayudar a garantizar el acceso al cuidado de la salud para mujeres y niños en todo el mundo y eliminar el matrimonio infantil, precoz y forzado.

Los demócratas promoveremos la capacidad de todas las personas para vivir con dignidad, seguridad y respeto, independientemente de quiénes son o a quién aman. Restauraremos la posición de liderazgo de los Estados Unidos en asuntos LGBTQ+ al aprobar la Ley GLOBE y al nombrar líderes de alto nivel que sean directamente responsables de impulsar y coordinar los asuntos LGBTQ+ en el Departamento de Estado, USAID y el Consejo de Seguridad Nacional. Nos aseguraremos de que nuestras políticas de inmigración tengan en cuenta las necesidades de los refugiados y solicitantes de asilo LGBTQ+, y de que utilicemos la lista completa de herramientas de responsabilidad y promoción de los derechos humanos para defender los derechos universales de las personas LGBTQ+. Amplificaremos las voces de las personas LGBTQ+ en todo el mundo y combatiremos la violencia y la discriminación contra las personas LGBTQ+ dondequiera que aparezca.

Los demócratas defenderemos y apoyaremos a la sociedad civil en todo el mundo. Las medidas severas contra el espacio cívico en los últimos años han socavado la democracia, el estado de derecho y la vitalidad y salud de las sociedades. A medida que los autócratas aprovechan la tecnología y emplean medidas legales arbitrarias para reducir el espacio cívico, los Estados Unidos debe de liderar el mundo en la adaptación y el refuerzo del apoyo al activismo cívico.

Los demócratas creemos que los Estados Unidos debemos defender la libertad de prensa. Los medios independientes no son enemigos del pueblo, sino guardianes de la democracia. Contrarrestaremos la erosión de la libertad de prensa dondequiera que ocurra y en cualquier forma, ya sea mediante la intimidación directa y la violencia contra los periodistas o las presiones legales, regulatorias y financieras que sofocan la libertad de expresión.

Lucharemos contra la trata de personas y nos esforzaremos por poner fin a la práctica de la esclavitud moderna en todo el mundo. Utilizaremos agresivamente la aplicación de la ley de los Estados Unidos y fortaleceremos los esfuerzos diplomáticos para combatir el trabajo forzoso y la explotación sexual comercial. Y aumentaremos las visas para las víctimas de la trata de personas en un momento en que la migración masiva ha afectado a tantas comunidades vulnerables.

Los demócratas creemos que mejorar las normas laborales en todo el mundo protege los derechos humanos y promueve una prosperidad de base amplia. Nos aseguraremos de que los acuerdos diplomáticos y comerciales de los Estados Unidos incluyan disposiciones de aplicación de los derechos de los trabajadores, y lucharemos para poner fin a los males del trabajo infantil, esclavo y con salarios de pobreza. Creemos que los trabajadores estadounidenses no deben verse socavados por la competencia extranjera que se basa en el abuso de los trabajadores, y apoyaremos los derechos de los sindicatos y los trabajadores en el extranjero a organizarse, incluyendo los convenios de la Organización Internacional del Trabajo que apoyan la libertad sindical y la negociación colectiva.

Los demócratas creemos que los Estados Unidos debería ser un líder mundial en lo que respecta a los derechos de las personas con discapacidad. Trabajaremos para ratificar la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y nombraremos un Enviado Especial para los Derechos de las Personas con Discapacidad Internacional. A través de los esfuerzos diplomáticos y de desarrollo estadounidenses, nos aseguraremos de que los programas incluyan a las personas con discapacidad y alentaremos a nuestros países aliados y las organizaciones internacionales a trabajar con las necesidades de las personas con discapacidad.

Los demócratas creemos que la libertad de religión y el derecho a creer—o no creer—son derechos humanos fundamentales. Nunca usaremos la protección de este derecho para discriminar contra otros. Rechazamos la politización de la libertad religiosa en la política exterior estadounidense, y condenamos las atrocidades cometidas contra las minorías religiosas en todo el mundo, desde el genocidio de cristianos y yezidíes por parte de ISIS, el internamiento masivo de uigures y otras minorías étnicas en China, la persecución de los rohingya por parte de Birmania, a los ataques a las minorías religiosas en el noreste de Siria.

Los demócratas creemos que los Estados Unidos debería servir de modelo para los países de todo el mundo cuando se trata de salvaguardar y promover los derechos de los pueblos indígenas. Reafirmaremos el apoyo de la Administración Obama-Biden de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y nos esforzaremos por promover sus principios. De acuerdo con la Declaración, los Estados Unidos debería instar a las Naciones Unidas y a la Organización de Estados Americanos a crear mecanismos que incluyan la participación formal de las naciones tribales.

Los demócratas trabajaremos para asegurar un futuro mejor para las generaciones más jóvenes. Aproximadamente el 40 por ciento de la población mundial tiene menos de 25 años, y la proporción de jóvenes es aún mayor en el mundo en desarrollo. Los demócratas nos aseguraremos de que nuestras políticas, y las de nuestros aliados e instituciones de desarrollo, funcionen para aumentar las oportunidades económicas, ampliar la educación y mejorar el cuidado de la salud para los jóvenes de todo el mundo. Y prestaremos especial atención a la protección de los derechos de los jóvenes y a la formación de líderes jóvenes de comunidades vulnerables o sub-representadas.

Los demócratas creemos que los Estados Unidos tiene una obligación moral urgente y un interés estratégico en ayudar a aliviar el sufrimiento en todo el mundo. Los conflictos arraigados y los niveles sin precedentes de migración forzada han empujado al mundo a una aguda crisis humanitaria que traspasa fronteras. Este año, casi 170 millones de personas necesitarán asistencia humanitaria. Para el 2022, esa cifra podría superar los 200 millones, y se prevé que las necesidades continuarán excediendo el crecimiento de la financiación y las capacidades humanitarias. Los demócratas reafirmaremos el ejemplo y el liderazgo humanitario de los Estados Unidos. Contribuiremos no solo con más ayuda, sino con una mejor ayuda. Los Estados Unidos debe ayudar a impulsar a la comunidad internacional a proporcionar financiamiento más estratégico, coordinado, proactivo, predecible y costo-efectivo, y a implementar programas que reflejen las realidades de las emergencias humanitarias cada vez más complejas y prolongadas de hoy en día, y que cumplan con la salud, educación y necesidades de protección de las poblaciones devastadas por conflictos y desplazamientos.

En medio de la peor crisis de desplazamiento forzado desde la Segunda Guerra Mundial, la Administración de Trump lanzó una campaña para socavar el sistema mundial que brinda asistencia crucial a los refugiados y los países que les brindan un puerto seguro.

Los demócratas pondremos fin a los vergonzosos esfuerzos de la Administración de Trump para cerrar las puertas a los más vulnerables del mundo. Revertiremos las prohibiciones y políticas discriminatorias que niegan la protección a grupos por motivos de religión, género, orientación sexual o identidad de género. Aumentaremos significativamente el objetivo global anual de admisiones de refugiados y trabajaremos con el Congreso para crear un número mínimo anual de admisiones de refugiados, mientras ampliamos e identificamos nuevas vías para que los refugiados busquen refugios seguros.

Admitir refugiados no solo es lo correcto—es lo más inteligente. Traer a quienes buscan una vida mejor ayuda a preservar la estabilidad de los aliados de los Estados Unidos en el exterior, fortalece nuestra posición para lograr que otros países cumplan con sus obligaciones, hace crecer nuestra propia economía y enriquece nuestra sociedad.

Los demócratas creemos que la tortura es inmoral e ineficaz. La afición del presidente Trump por la tortura y otros crímenes de guerra solo alimenta a los enemigos de los Estados Unidos. Los demócratas reafirmaremos de inmediato la prohibición de la tortura de la Administración Obama-Biden y nos comprometeremos a defender los valores estadounidenses en el país y en el extranjero. Condenaremos el maltrato de las personas encarceladas dondequiera que ocurra, y exigiremos cuentas a quienes cometan abusos contra los derechos humanos.

Promover los Intereses Estadounidenses

Economía y Comercio Global

Los demócratas lucharemos por cada trabajo estadounidense y nos aseguraremos de que los trabajadores tengan una oportunidad justa en la economía global.

Durante demasiado tiempo, el sistema de comercio mundial no ha cumplido sus promesas a los trabajadores estadounidenses. Demasiadas empresas se han apresurado a subcontratar puestos de trabajo y demasiados países se han echado atrás en su compromiso a ser aliados honestos y transparentes.

No negociaremos ningún acuerdo comercial nuevo antes de invertir primero en la competitividad estadounidense en casa. Haremos cumplir estrictamente las leyes y acuerdos comerciales existentes. E insistiremos en estándares fuertes y aplicables para el trabajo, los derechos humanos y el medio ambiente en cualquier futuro acuerdo comercial, para que construyan la clase media estadounidense, creen empleos, aumenten los salarios y fortalezcan nuestras comunidades. Usaremos todas las herramientas a nuestra disposición para tomar medidas contra los países que roban propiedad intelectual estadounidense o manipulan sus monedas para obtener una ventaja injusta en los mercados internacionales.

Los demócratas creemos que si los Estados Unidos no trabaja con sus aliados y socios para darle forma a los términos del comercio mundial, China lo hará por nosotros, y las familias trabajadoras y la clase media de nuestro país pagarán el precio. Es por eso que trabajaremos con nuestros aliados para movilizar a más de la mitad de la economía mundial para enfrentar a China y negociar desde la posición más fuerte posible.

Los demócratas creemos que luchar por nuestros trabajadores también significa rechazar la corrupción global, y haremos de la lucha contra la corrupción una prioridad en nuestra política exterior. Los propios negocios turbios de la Administración de Trump y su entusiasmo por el autoritarismo en el extranjero solo han incentivado a los autócratas y cleptócratas del mundo. Los demócratas implementaremos nuevas medidas de transparencia destinadas a evitar que el dinero ilícito fluya a través del sistema financiero estadounidense. Entre estas medidas están la prohibición de las empresas fantasma anónimas, la expansión de los requisitos contra el lavado de dinero, la divulgación de los beneficiarios reales y una mayor supervisión de las transacciones transfronterizas. Combatiremos el soborno en el extranjero ampliando la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero y utilizaremos toda la gama de herramientas diplomáticas y económicas a nuestra disposición para atacar a los cleptócratas, incluyendo implementando sanciones específicas y prohibiciones de visas.

Cuando se usan estratégicamente—como una de las herramientas empleadas, junto con nuestros aliados, para lograr objetivos políticos claros—las sanciones financieras y económicas son una forma efectiva de promover muchos objetivos centrales de seguridad nacional de EE. UU. Pero cuando se usan indebidamente y en exceso, las sanciones no solo socavan nuestros intereses, sino que amenazan uno de los mayores bienes estratégicos de Estados Unidos: la importancia del sistema financiero del país. Los demócratas nos protegeremos contra la aplicación indebida de sanciones económicas y financieras que incentiven a las empresas extranjeras a eludir nuestro sistema financiero, corroer el poder y el potencial de las sanciones, socavar el potencial de nuestra diplomacia, dañar nuestra economía y amenazar el papel clave del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial.

África

Los demócratas revitalizaremos nuestras asociaciones en África para desatar un enorme potencial de crecimiento e innovación y enfrentar juntos los desafíos y tensiones en todo el continente. África alberga algunas de las economías de más rápido crecimiento en el mundo. Su población se duplicará aproximadamente a más de dos billones para mediados de este siglo, y se proyecta que Nigeria tendrá la tercera población más grande del mundo. La diplomacia estadounidense puede desempeñar un papel fundamental para ayudar a garantizar que las vulnerabilidades de la región al cambio climático y las enfermedades pandémicas, y los desafíos persistentes del conflicto regional, las corrientes financieras ilícitas, la mala gobernanza y la inseguridad alimentaria, hídrica y sanitaria—no sobrecarguen sus enormes oportunidades.

En un momento en que los lazos entre los Estados Unidos y África son cada vez más importantes para nuestros intereses y nuestra economía, y cuando nuestros amigos y rivales están invirtiendo más recursos y atención diplomática en todo el continente, la Administración de Trump ha tratado a África y a su gente con negligencia y desprecio. Repararemos nuestras relaciones con nuestros aliados africanos y el pueblo africano, renovando nuestro compromiso de luchar por la democracia y los derechos humanos; promoveremos la paz y la seguridad; reforzaremos el crecimiento económico y la salud pública; y promoveremos la energía limpia, la agricultura sostenible, la protección del medio ambiente y el trabajo decente para todos, con especial atención a los jóvenes y las mujeres. Los demócratas volveremos a comprometernos con la Estrategia Nacional de la Administración Obama-Biden para Combatir el Tráfico de Vida Silvestre y prohibiremos la importación a los Estados Unidos de trofeos de caza de los grandes felinos en peligro de extinción que son emblemáticos de África. Los demócratas aprovecharemos las oportunidades para fortalecer las frágiles transiciones políticas en Sudán y Etiopía mientras profundizamos las relaciones con aliados clave. No abandonaremos nuestro compromiso, el cual hemos mantenido por largo tiempo, de ayudar a los países de África central, el Sahel y el Cuerno de África a combatir el extremismo y enfrentar las causas profundas de la inseguridad. Apoyaremos la implementación del Tratado de Libre Comercio Continental Africano de la Unión Africana y su Agenda 2063 y promoveremos un compromiso económico multifacético centrado en aumentar el comercio regional y bidireccional, promoviendo la inversión y la asociación en industrias clave. Y ayudaremos a África a recuperarse de la pandemia de COVID-19 mientras ampliamos los esfuerzos para mejorar la resiliencia de los sistemas de salud en todo el continente. Además, nos haremos solidarios con nuestros contrapartes africanas contra el racismo estructural en los Estados Unidos y en el extranjero, y nos comprometeremos a elevar las voces africanas en foros multilaterales para resolver los problemas más urgentes del mundo.

Américas

Los demócratas creemos en que el hemisferio occidental es la base estratégica de los Estados Unidos, una región unida por valores, historia y visión comunes de un futuro más próspero, democrático y seguro. Cuando los Estados Unidos reciba a los líderes de la región en la Cumbre de las Américas del próximo año, la primera que se llevará a cabo aquí desde la reunión inaugural de 1994 en Miami, pasaremos la página sobre la denigración y extorsión de nuestros vecinos por parte de la Administración de Trump, y trazaremos una nueva era de cooperación basada en la asociación y la responsabilidad compartida para la región que todos llamamos hogar.

Los demócratas reafirmaremos la importancia de América del Norte para la competitividad económica global de los Estados Unidos. Nos aseguraremos de que el USMCA cumpla con su compromiso de crear prosperidad para los trabajadores, y haremos cumplir estrictamente sus disposiciones laborales y ambientales. Revitalizaremos y construiremos sobre el Plan de América del Norte para la Influenza Animal y Pandémica lanzado bajo la Administración Obama-Biden y trabajaremos con nuestros socios para recuperarnos de la pandemia de COVID-19, que ha causado el mayor declive económico de la historia en América Latina y el Caribe.

En lugar de obligar a nuestros vecinos a que apoyen políticas migratorias crueles, trabajaremos con nuestros aliados regionales e internacionales para hacerle frente a las causas fundamentales de la migración: violencia e inseguridad, estado de derecho débil, falta de oportunidades educativas y económicas, corrupción rampante y degradación ambiental. En lugar de fomentar la negación climática y la devastación ambiental, uniremos al mundo para proteger el Amazonas de la deforestación, proteger a los pueblos indígenas y ayudar a las naciones vulnerables del Caribe y América Central a adaptarse a los impactos del cambio climático. Y en lugar de imitar a los demagogos populistas, nos uniremos a nuestros vecinos para hacer realidad nuestras aspiraciones compartidas para el futuro de la región.

Rechazaremos la política fallida del presidente Trump en Venezuela, que solo ha servido para atrincherar el régimen dictatorial de Nicolás Maduro y exacerbar una crisis humanitaria y de derechos humanos. Para enfrentar efectivamente la peor crisis de refugiados del mundo y la peor crisis humanitaria fuera de una zona de guerra en décadas, los Estados Unidos movilizará a sus aliados en toda la región y en todo el mundo para satisfacer las necesidades urgentes del pueblo de Venezuela, y otorgará Estatus de Protección Temporal a los venezolanos en los Estados Unidos. Los demócratas creemos en que la mejor oportunidad para rescatar la democracia de Venezuela es a través de ejercer presión de manera inteligente y una diplomacia efectiva, no amenazas vacías y belicosas sin ataduras a metas políticas realistas y motivadas por objetivos partidistas nacionales.

Los demócratas también actuaremos rápidamente para revertir las políticas de la Administración de Trump que han socavado los intereses nacionales de los Estados Unidos y han perjudicado al pueblo cubano y a sus familias en los Estados Unidos. Entre estas políticas están sus esfuerzos para reducir los viajes y las remesas. En lugar de fortalecer el régimen, promoveremos los derechos humanos y los intercambios entre pueblos, y empoderaremos al pueblo cubano para que escriba su propio futuro.

Asia-Pacífico

Como potencia del Pacífico, los Estados Unidos debe trabajar en estrecha colaboración con sus aliados y socios para promover nuestra prosperidad, seguridad y valores compartidos—y dar forma al Siglo del Pacífico en desarrollo.

Nuestro enfoque hacia China estará guiado por los intereses nacionales de los Estados Unidos y los intereses de nuestros aliados, y se basará en los atributos que le dan fuerza a los Estados Unidos: la apertura de nuestra sociedad, el dinamismo de nuestra economía y el poder de nuestras alianzas para dar forma y hacer cumplir normas internacionales que reflejan nuestros valores. Socavar esas fortalezas no nos hará “duros con China”. Sería un regalo para el Partido Comunista de China.

Los demócratas seremos claros, fuertes y consistentes en rechazar las acciones del gobierno de China en las áreas que nos causen profundas preocupaciones económicas, de seguridad y de derechos humanos.

Los demócratas protegeremos a los trabajadores estadounidenses de las prácticas comerciales desleales del gobierno chino, que incluyen la manipulación de la moneda y beneficiarse de un tipo de cambio desalineado con el dólar, subsidios ilegales y robo de propiedad intelectual. Reuniremos amigos y aliados en todo el mundo para rechazar los intentos de China o de cualquier otro país de socavar las normas internacionales.

Los demócratas no creemos que el desafío de China sea principalmente militar, pero impediremos y responderemos a actos de agresión. Destacaremos nuestro compromiso global con la libertad de navegación y resistiremos la intimidación del ejército chino en el Mar de China Meridional. Los demócratas estamos comprometidos con la Ley de Relaciones con Taiwán y continuaremos apoyando una resolución pacífica a los problemas entre los dos lados del estrecho de acuerdo con los deseos y mejores intereses del pueblo de Taiwán.

En lugar de apoyar al presidente Xi Jinping mientras toma fuertes medidas contra la autonomía de Hong Kong, los demócratas defenderemos los derechos democráticos de sus ciudadanos. Aplicaremos plenamente la Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong, incluso mediante la sanción de funcionarios, instituciones financieras, empresas e individuos responsables de socavar la autonomía de Hong Kong. Y uniremos al mundo para condenar el internamiento de más de un millón de uigures y otras minorías étnicas en campos de concentración en China, utilizando las herramientas proporcionadas por la Ley de Política de Derechos Humanos Uigur.

Los demócratas seguiremos esta estrategia sin recurrir a guerras de tarifas unilaterales contraproducentes ni caer en la trampa de una nueva Guerra Fría. Esos errores solo servirían para exagerar el peso de China, sobre-militarizar nuestra política y perjudicar a los trabajadores estadounidenses.

Los Estados Unidos debe abordar nuestra relación con China con seguridad—la seguridad para liderar los esfuerzos internacionales para cuestionar y desafiar el comportamiento maligno a la misma vez que buscamos la cooperación en temas de interés mutuo como el cambio climático y la no proliferación y que nos aseguramos de que la rivalidad entre los Estados Unidos y China no ponga la estabilidad global en riesgo.

En lugar de denigrar a nuestros colaboradores y fomentar las tensiones entre nuestros aliados, los Estados Unidos trabajará para fortalecer los lazos con y entre nuestros aliados clave en la región, incluyendo a Japón, Corea del Sur y Australia, y trabajaremos para garantizar que nuestras alianzas con Tailandia y Filipinas está a la altura de los valores que comparten nuestros pueblos.

Junto con nuestros aliados, y mediante la diplomacia con Corea del Norte, restringiremos y contendremos la amenaza que plantea el programa nuclear de Corea del Norte y su beligerancia regional. Construiremos una campaña diplomática sostenida y coordinada para promover el objetivo a largo plazo de la desnuclearización. Y no olvidaremos al pueblo de Corea del Norte—los demócratas apoyaremos la ayuda humanitaria y presionaremos al régimen para que cese sus graves abusos contra los derechos humanos.

Revitalizaremos nuestro compromiso a mantener una sólida relación con instituciones multilaterales regionales como la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, que nos ayudará a promover el estado de derecho y el crecimiento económico sostenible e inclusivo en ambos lados del Pacífico. Y continuaremos invirtiendo en nuestra asociación estratégica con India, la democracia más grande del mundo, una nación de gran diversidad y una potencia creciente de Asia y el Pacífico.

Europa

En los 30 años transcurridos desde la caída del muro de Berlín, los Estados Unidos y Europa se han esforzado por construir una comunidad transatlántica de sociedades libres y democráticas que trabajen juntas para llevar paz, prosperidad y dignidad a todos nuestros ciudadanos. La Administración de Trump ha puesto ese sueño en grave peligro. Donald Trump no sabe o ha olvidado quiénes son los amigos de los Estados Unidos. Ve a Europa como un enemigo, no un amigo, de los Estados Unidos. Para él, la Rusia de Vladimir Putin es un aliado estratégico, no un rival estratégico. Él ve a los nacionalistas de extrema derecha que están en contra de la Unión Europea como aliados políticos, no como antagonistas destructivos.

Los demócratas, por otro lado, creemos que una Europa unida, democrática y próspera es vital para el bienestar de los Estados Unidos. Creemos que la alianza transatlántica es el lastre de nuestra influencia global. La nuestra es la relación económica más grande del mundo y representa casi la mitad del PIB mundial. La OTAN es la alianza militar más formidable del mundo. Y juntos, somos defensores de los derechos y libertades universales en todo el mundo. La cooperación transatlántica es crucial para superar casi todos los desafíos globales que enfrentamos.

Los demócratas revitalizaremos la asociación transatlántica para reparar el daño de la era Trump y prevenir los riesgos de una brecha más amplia entre los Estados Unidos y Europa. Trabajaremos junto con los países europeos por individual y con la Unión Europea para contrarrestar las amenazas a nuestras democracias y mejorar la resiliencia compartida contra la corrupción y la cleptocracia. Apoyaremos una mayor integración europea, una mayor capacidad de defensa y una mayor seguridad energética. Mejoraremos nuestra coordinación y el establecimiento de estándares conjuntos en tecnología, comercio e inversión, y trabajaremos para estimular nuestra recuperación económica posterior al COVID-19 y reducir la desigualdad.

Los demócratas nos uniremos a nuestros socios europeos para hacer frente a una Rusia revanchista. No permitiremos que Moscú interfiera en nuestras democracias o socave nuestra determinación. Reafirmaremos el compromiso de los Estados Unidos con la OTAN y la defensa de nuestros aliados. Mantendremos el apoyo transatlántico a los esfuerzos de reforma de Ucrania y su integridad territorial. Los demócratas reduciremos las amenazas regionales y globales reforzando el control de armas nucleares.

Creemos que Europa es nuestro aliado natural en el manejo de áreas de competencia con China y trabajaremos para establecer prioridades, estrategias y herramientas comunes. Y así como nos unimos para enfrentarnos al comunismo y responder al terrorismo global, nos uniremos a Europa para enfrentar el desafío existencial del cambio climático.

Medio Oriente

El que estemos comprometidos a pasar la página a dos décadas de movilizaciones militares a gran escala y guerras interminables en el Medio Oriente no significa que los Estados Unidos abandonará una región donde nosotros y nuestros socios todavía tenemos intereses duraderos. Sin embargo, creemos que ya es hora de reequilibrar nuestras herramientas, compromiso y relaciones en el Medio Oriente alejándonos de la intervención militar, liderando con diplomacia pragmática para sentar las bases para una región más pacífica, estable y libre.

Los demócratas suspenderemos la carrera de la Administración de Trump hacia la guerra con Irán y daremos prioridad a la diplomacia nuclear, la mitigación y el diálogo regional. Los demócratas creemos que los Estados Unidos no deben imponer un cambio de régimen a otros países y lo rechazamos como el objetivo de la política estadounidense hacia Irán. Creemos que el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA por sus siglas en inglés) sigue siendo el mejor medio para eliminar de manera verificable todos las vías por las que Irán pudiera conseguir una bomba nuclear. La retirada unilateral de la Administración de Trump del JCPOA nos aisló de nuestros aliados y abrió la puerta para que Irán reanudara su marcha hacia una capacidad de armas nucleares que el JCPOA había detenido. Por eso es tan urgente volver al cumplimiento mutuo del acuerdo. El acuerdo nuclear siempre estuvo destinado a ser el comienzo, no el final, de nuestra diplomacia con Irán. Los demócratas apoyaremos un esfuerzo diplomático completo para extender las restricciones al programa nuclear de Irán y hacerle frente a otras actividades amenazadoras de Irán, incluyendo su agresión regional, programa de misiles balísticos y represión interna.

Los demócratas también creemos que debemos restablecer nuestras relaciones con nuestros socios del Golfo para promover mejor nuestros intereses y valores. Los Estados Unidos tiene interés en ayudar a nuestros aliados a enfrentarse a amenazas legítimas a la seguridad; apoyaremos su modernización política y los esfuerzos para reducir las tensiones regionales. Pero no tenemos ningún interés en continuar la era de los cheques-en-blanco de la Administración de Trump, o en complacer los impulsos autoritarios, las rivalidades internas, las catastróficas guerras indirectas o los esfuerzos por hacer retroceder las aperturas políticas en toda la región.

Las relaciones efectivas con el Golfo nos ayudarán a reconectar a Irak con sus vecinos y protegerán la estabilidad, la seguridad y la soberanía del país. Los demócratas apoyamos una presencia militar pequeña, limitada y enfocada para capacitar a nuestros aliados iraquíes para que puedan garantizar la derrota permanente de ISIS. También apoyamos mantener la ofensiva contra ISIS en Siria para evitar que recupere un punto de apoyo, y apoyaremos a los kurdos y otros socios críticos en esa lucha. Trabajaremos para repatriar a los combatientes extranjeros detenidos y revitalizar la diplomacia para proteger las necesidades humanitarias y los derechos humanos y civiles de todos los sirios y encontrar una solución política para esta horrible guerra. Nos encontramos muy preocupados por la profundización de la crisis en el Líbano y estamos comprometidos a trabajar con el pueblo libanés para promover la reforma política y económica, la estabilidad financiera y la seguridad.

Los demócratas creemos que un Israel fuerte, seguro y democrático es vital para los intereses de los Estados Unidos. Nuestro compromiso con la seguridad de Israel, su ventaja militar cualitativa, su derecho a defenderse y el Memorando de Entendimiento del 2016 es incontestable.

Los demócratas reconocemos el valor de cada israelí y cada palestino. Es por eso que trabajaremos para ayudar a poner fin a un conflicto que ha causado tanto dolor a tantos. Apoyamos una solución negociada de dos estados que asegure el futuro de Israel como un estado judío y democrático con fronteras reconocidas y defienda el derecho de los palestinos a vivir en libertad y seguridad en un estado propio viable.

Los demócratas nos oponemos a cualquier paso unilateral de cualquiera de las partes, incluyendo la anexión, que socava las perspectivas de dos estados. Seguiremos oponiéndonos a la instigación y el terror. Nos oponemos a la expansión de los asentamientos. Creemos que si bien Jerusalén es un asunto para las negociaciones sobre el estatuto final, debería seguir siendo la capital de Israel, una ciudad indivisa accesible a personas de todas las religiones. Los demócratas restableceremos los lazos diplomáticos entre los Estados Unidos y Palestina y la asistencia crítica al pueblo palestino en Cisjordania y Gaza, de conformidad con la ley estadounidense. Nos oponemos a cualquier esfuerzo por acusar y deslegitimar injustamente a Israel, incluso en las Naciones Unidas o mediante el Movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones, a la misma vez que protegemos el derecho constitucional de nuestros ciudadanos a la libertad de expresión.