En un país tan grande como el nuestro, ningún niño debe tener miedo de ir a la escuela o caminar por su vecindario. Ningún cónyuge debe tener miedo de volver a casa por la noche. Ningún estadounidense debe tener miedo de ir a trabajar o a su lugar de culto. Y ningún ser humano debería tener miedo de ir a un centro comercial, campo de béisbol, club nocturno o sala de cine, concierto o campus universitario.

Pero demasiados políticos actúan como si la violencia con armas de fuego es tan solo un hecho de la vida cotidiana. Solo dan sus condolencias y rezos a medida que ocurren las tragedias, mientras aceptan millones de la Asociación Nacional del Rifle para impedir incluso las reformas más pequeñas.

Los demócratas creen que podemos reducir la violencia con armas de fuego respetando los derechos de los propietarios responsables de armas. Creemos que deberíamos ampliar y fortalecer la verificación de antecedentes de aquellos que desean comprar un arma de fuego, ya que no debería ser más fácil obtener un arma que una licencia de conducir.

Creemos que debemos asegurarnos de que las armas no caigan en manos de terroristas (ya sean nacionales o extranjeros), abusadores domésticos, otros delincuentes violentos o aquellos que hayan mostrado señales de peligro para sí mismos o para otros. También creemos que debemos abordar la violencia con armas de fuego como la crisis de salud pública mortal que es.

Los demócratas apoyan a los estudiantes, las familias y los organizadores que luchan para poner en práctica estas políticas de sentido común para mantener la seguridad de nuestras comunidades, de una vez por todas.