PROTEGER A LOS ESTADOUNIDENSES Y LA RECUPERACIÓN DE LA PANDEMIA DEL COVID-19

Cuando no tenemos líderes competentes, experimentados y compasivos en el gobierno, el pueblo sufre. Ese es el caso del nuevo coronavirus. El presidente Trump y su administración dejaron pasar múltiples oportunidades para proteger al pueblo de este virus mortal. En lugar de reconocer el peligro y enfrentarlo, el presidente Trump le mintió al país sobre la gravedad de la enfermedad, su transmisibilidad y la amenaza que representaba para las vidas y los medios de subsistencia.

No nos equivoquemos: el despreciable fracaso del presidente Trump para responder con fuerza y ​​capacidad a la pandemia de COVID-19—su incapacidad para liderar—lo hace responsable de la muerte de decenas de miles de estadounidenses.

COVID-19 ha dejado al descubierto profundas fallas en nuestra economía, nuestra sociedad y nuestro sistema de cuidado de la salud. Las disparidades en el acceso al cuidado de la salud, en el acceso a licencia por enfermedad pagada, en la calidad ambiental, en el mercado laboral y en la vivienda han contribuido a tasas desproporcionadas de infección y muerte entre las comunidades afroamericanas, nativos americanas, latinas y ciertos asiáticos americanos e isleños del Pacífico.

El fracaso del presidente Trump de no prestar atención a los primeros informes de inteligencia sobre la pandemia desperdició semanas críticas en las que podríamos habernos preparado para el brote. Una vez que la pandemia comenzó a extenderse en los Estados Unidos, el fracaso del presidente de no establecer recomendaciones claras y consistentes para las ciudades, los estados, los negocios y los distritos escolares para controlar la propagación del COVID-19 creó una gran confusión y un caos. Su irresponsable desprecio por los consejos de los expertos en salud pública ha dificultado que los alcaldes y gobernadores protejan al pueblo. En lugar de aumentar la producción de equipo de protección personal y otros suministros críticos donde más se necesitaban, la Administración retuvo como rehenes los recursos que salvan vidas para propósitos políticos. En lugar de unir a las comunidades, el presidente Trump trató de dividirnos utilizando una retórica racista y xenofóbica que ha contribuido a un aumento en los crímenes de odio contra las personas de origen asiático y los isleños del Pacífico. Y en medio de la pandemia, la Administración de Trump está argumentando en la corte para invalidar la Ley de Cuidado de la Salud Asequible (ACA, por sus siglas en inglés) y arrancarle la cobertura médica a decenas de millones de personas.

El presidente Trump y su administración tambien han fracasado en impulsar una respuesta económica en acorde con la escala del desafío que tenemos ante nosotros, prefiriendo actuar como si la recesión causada por su incompetente mal manejo de la pandemia de COVID-19 se corregirá por sí sola. Ha dejado que los pequeños negocios se afecten mientras envía cheques en blanco a las corporaciones más grandes; fracasó en aprobar el apoyo adecuado para los sistemas de escuelas públicas, universidades y gobiernos estatales y locales para mantener los servicios públicos y empleos; puso en peligro la salud de los trabajadores esenciales al fracasar en no promulgar normas de seguridad en el lugar de trabajo; y no protegió a las familias trabajadoras de la ruina económica.

Los demócratas salvaremos vidas utilizando todas las herramientas disponibles para combatir esta pandemia, que continúa enfermando y matando a cientos de personas diariamente, y lideraremos un esfuerzo global para prevenir, detectar y responder a futuras amenazas de pandemias.

Debemos comenzar por hacer que las pruebas de COVID-19 estén ampliamente disponibles, sean convenientes y gratuitas para todos. También debemos ampliar los fondos para que los departamentos de salud pública estatales y locales puedan contratar personal suficiente para realizar el rastreo de contactos para todos los que dan positivo a el nuevo coronavirus. Solo a través de pruebas regulares y un rastreo extenso podemos esperar comprender el alcance de la pandemia y contenerlo.

En una crisis de salud pública, todos tenemos que depender los unos de los otros. Es por eso que los demócratas apoyamos hacer que las pruebas de COVID-19, el tratamiento y cualquier eventual vacuna, sean gratuitos para todos, independientemente de su riqueza, cobertura de seguro médico o estado migratorio. Todos estamos tan a salvo de esta enfermedad como lo esten los más vulnerables entre nosotros.

Siempre ha sido una crisis que decenas de millones de estadounidenses no tengan un seguro médico o no tengan un seguro médico adecuado—pero en una pandemia, es catastrófico para la salud pública. La crisis actual sería aún peor sin la Ley de Cuidado de la Salud Asequible (ACA por sus siglas en inglés). Pero en la pandemia de COVID-19, el país necesita aún más ayuda, por lo que los demócratas tomaremos medidas inmediatas para preservar y ampliar la cobertura del seguro médico. Brindaremos mayor apoyo directo a los estados para que inscriban a adultos elegibles en Medicaid, hagan que el gobierno federal cubra un porcentaje más alto de la factura y añadiremos incentivos para que los estados que aún no han expandido Medicaid lo hagan.

Para las personas que corren el riesgo de perder su cobertura de seguro médico si pierden sus trabajos en esta pandemia y en la recesión del presidente Trump, los demócratas creemos que el gobierno federal debe pagar el 100 por ciento de la cuenta del seguro COBRA, que mantiene a las personas en sus planes patrocinados por el empleador, sin restricciones. Re-abriremos los mercados de la Ley de Cuidado de la Salud Asequible, incluso fuera de la temporada normal de inscripción abierta y ampliaremos los subsidios para facilitar a las personas la compra de cobertura médica. Los demócratas también pondremos a disposición en el mercado de salud una opción pública administrada a través de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS por sus siglas en inglés) que incluye una opción de nivel platino, con tarifas bajas y sin deducibles. Las personas de bajos ingresos se inscribirán automáticamente en la opción pública sin costo para ellos, aunque pueden optar por no participar en cualquier momento.

Mantendremos estas medidas de emergencia activas hasta que termine la pandemia y el desempleo disminuya significativamente. Y si los Estados Unidos se encuentra en otra pandemia o una recesión económica severa en el futuro, estas protecciones estarán disponibles automáticamente, para que los estadounidenses nunca más se queden desprotegidos en tiempos de crisis.

Los demócratas estamos consternados con el hecho de que el presidente Trump no haya seguido el consejo del Congreso de mantener un arsenal sólido de suministros médicos críticos, incluyendo equipo de protección personal, o de aumentar adecuadamente la manufactura de los equipos necesarios en los Estados Unidos a través de herramientas como la Ley de Producción de Defensa. La resultante escasez de equipos puso en peligro millones de vidas, incluyendo las de nuestros valientes trabajadores de cuidado de la salud de primera línea y otros trabajadores esenciales. Esta escasez es inaceptable y nunca debe volver a ocurrir. Los demócratas ordenaremos al gobierno federal que trabaje con el sector manufacturero privado para aumentar drásticamente la capacidad de manufactura nacional de los Estados Unidos tanto para equipos de protección personal como para medicamentos esenciales. Restauraremos el liderazgo federal para garantizar que los suministros médicos se distribuyan de acuerdo con la necesidad, no el favoritismo político, y nunca poner a los estados en la posición de tener que competir entre sí por materiales que salvan vidas.

Los demócratas haremos cumplir agresivamente las protecciones no-discriminatorias en la Ley de Estadounidenses con Discapacidades y otras leyes de derechos civiles, especialmente al diseñar sistemas de manejo de emergencias y nuevas facilidades y servicios en respuesta a la pandemia. Los demócratas prohibiremos la segregación injustificada de pacientes con discapacidades y, además, prohibiremos el racionamiento del cuidado de la salud que rechace o desvíe la hospitalización, el tratamiento o los suministros basados ​​en la discapacidad del paciente. Reconocemos que las personas con discapacidades que viven en hogares grupales y otras instalaciones de cuidado tienen un mayor riesgo de contraer COVID-19, y que las personas con discapacidades pueden necesitar recursos adicionales para proteger su salud, bienestar e independencia durante la pandemia. Mejoraremos la supervisión y ampliaremos las protecciones para los residentes y el personal de los hogares de ancianos, que han sufrido algunos de los peores brotes de COVID-19. Y ampliaremos el apoyo a la telemedicina, para que los estadounidenses no tengan que quedarse sin cuidado de la salud esencial durante la pandemia.

Los Estados Unidos nunca debe volver a quedar vulnerable ante una pandemia mundial. Los demócratas creemos que debemos seguir el consejo informado de científicos y expertos en salud pública, y tomaremos medidas para proteger a los científicos federales de la influencia política. Los demócratas actuaremos rápidamente para poner en marcha un programa nacional integral de vigilancia de salud pública para COVID-19 y futuras enfermedades infecciosas. Reclutaremos al menos 100,000 rastreadores de contactos con el apoyo de organizaciones locales confiables en las comunidades de mayor riesgo para ayudar a los departamentos de salud estatales y locales a utilizar medidas culturalmente competentes para identificar a las personas en riesgo de contraer o propagar el coronavirus.

Los demócratas creemos que debemos revertir décadas de subinversión en la infraestructura de salud pública de los Estados Unidos. Aumentaremos sustancialmente los fondos para los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y para los departamentos de salud pública estatales y locales, muchos de los cuales sufrieron profundos recortes presupuestarios durante la Gran Recesión y corren el riesgo de sufrir más recortes como resultado de la recesión provocada por el presidente Trump. Los departamentos de salud pública estatales y locales deben recibir los suficientes recursos para enfrentar las enfermedades pandémicas y otras crisis de salud pública a través de esfuerzos coordinados que incluyan a los grupos subrepresentados que pueden verse afectados de manera desproporcionada. Los demócratas apoyaremos las becas de investigación médica y de salud pública para las Universidades Históricamente Para Afroamericanos (HBCU, por sus siglas en inglés) y otras Instituciones al Servicio de las Minorías (MSI por sus siglas en inglés), que son particularmente adecuadas para investigar las disparidades de salud en el contexto de COVID-19.

Resolver la crisis de salud pública causada por la pandemia es la forma más segura de volver a encarrilar la economía. Los países que han tomado medidas agresivas para enfrentarse a la pandemia de COVID-19 y detener la propagación de las cadenas de infección están preparados para recuperarse más rápidamente y con mayor fuerza que los Estados Unidos.

Pero contener la pandemia no será suficiente para reparar el daño que el presidente Trump ha causado a nuestra economía y al pueblo estadounidense—o para reconstruir mejor que nunca.

Durante profundas crisis económicas, los demócratas creemos que debemos cuidar a nuestra fuerza laboral y enfocarnos en mantener a los trabajadores sanos y saludables. Reformaremos el sistema de seguro de desempleo actual para permitir que más trabajadores mantengan sus trabajos, incluso promoviendo programas de apoyo a la nómina y de trabajo compartido con generosas tasas de reemplazo de salarios y requisitos de que los empleadores mantengan los beneficios laborales. Para aquellos trabajadores que pierdan sus trabajos, ampliaremos el sistema de seguro de desempleo para cubrir a más trabajadores, incluyendo a los contratistas independientes y los empleados a tiempo parcial, y trabajadores con propinas; asegurarse de que las empresas de plataformas cibernéticas y las empresas que clasifican erróneamente a los empleados como contratistas paguen para respaldar el sistema como lo hacen otros empleadores; y elevar las tasas de reemplazo de salarios, que son demasiado bajas en muchos estados. Ampliaremos, no reduciremos, los programas de asistencia nutricional y seguridad alimentaria de los que dependen millones de personas en esta crisis. Los demócratas también haremos inversiones, que se debían haber hecho hace tiempo, para actualizar y modernizar la tecnología del sistema de desempleo de los estados y garantizar que el Departamento de Trabajo lleve a cabo una supervisión estricta de los sistemas de desempleo estatales para asegurarse de que los trabajadores desempleados puedan acceder rápida y eficientemente a los beneficios que se les adeuda.

Para evitar que la recesión del presidente Trump se convierta en una depresión, los demócratas creemos que debemos actuar de inmediato para realizar inversiones ambiciosas que respalden y creen empleos. Necesitamos apoyar urgentemente a los gobiernos estatales y locales, que están sufriendo graves déficits presupuestarios debido a la disminución de los ingresos fiscales, mientras se les pide que asuman la carga de los servicios relacionados con COVID y el aumento del desempleo. Los recortes presupuestarios estatales y locales se traducen rápidamente en la pérdida de empleos en la educación, el cuidado de la salud y los servicios sociales—todos los campos en los que necesitamos agregar empleos para satisfacer las necesidades del pueblo estadounidense. Los demócratas extenderemos una ayuda significativa a los gobiernos estatales y locales, distritos escolares y colegios y universidades públicas y sin fines de lucro, incluyendo a las instituciones para comunidades afroamericanas y para minorías HBCU y las MSI para resolver estos déficits presupuestarios y asegurar empleos. Condicionaremos la ayuda estatal y federal a mantener y expandir el empleo en el sector público, incluyendo las provisiones para proteger los derechos de los trabajadores.

En los estados y ciudades de todo el país, demasiados padres se ven obligados a elegir entre mantener sus trabajos y mantener a sus hijos seguros. Los demócratas creemos que hacer que el cuidado infantil sea asequible y esté ampliamente disponible es esencial para recuperarse de la pandemia de COVID-19. Proporcionaremos fondos para estabilizar el sector y garantizar que los entornos educativos y de cuidado infantil puedan cumplir con los estándares más altos posibles de salud pública y seguridad del trabajador para proteger la salud de los trabajadores de cuido, los niños, los padres y la comunidad en general.

Los Estados Unidos se enfrenta a una crisis de vivienda sin precedentes como resultado de la pandemia de COVID-19 y la recesión del presidente Trump. Hoy, millones de familias se encuentran en riesgo de ser desalojadas. Apoyamos las medidas estatales y locales para congelar los aumentos de alquiler, los desalojos, los cortes de servicios públicos y los pagos atrasados ​​del alquiler, para evitar que las familias se queden sin hogar y empeore la pandemia.

La pandemia de COVID-19 ha golpeado fuertemente y desproporcionadamente a las pequeñas empresas. Los demócratas apoyamos la concesión de subvenciones y préstamos inmediatos para ayudar a los pequeños negocios a hacer nóminas, pagar el alquiler y otros gastos, y mantener sus puertas abiertas cuando sea posible. Algunas estimaciones indican que hasta el 40 por ciento de los pequeños negocios de propietarios afroamericanos pueden que no sobrevivan la recesión del presidente Trump, y las pequeñas empresas de propietarios estadounidenses de origen asiático e isleños del Pacífico y latinos también están en riesgo. Los demócratas haremos prioridad el apoyo a los empresarios afroamericanos y otros emprendedores de color, así como a las mujeres empresarias, incluyendo a traves de medidas como la ampliación de la financiación para las Instituciones Financieras para el Desarrollo Comunitario (CDFI, por sus siglas en inglés) y otros programas comprobados que invierten en comunidades de bajos ingresos y comunidades de color.

Impondremos una supervisión rigurosa a las grandes corporaciones que buscan asistencia financiera para manejar la pandemia y la recesión del presidente Trump, para asegurarnos de que los dólares federales se utilicen para mantener a los trabajadores en nómina, no enriquecer a los directores ejecutivos o accionistas. El dinero de los contribuyentes no debe usarse para pagar dividendos, financiar recompras de acciones o dar aumentos a los ejecutivos.

Nadie debería tener que elegir entre proteger su salud y ganarse la vida. La licencia por enfermedad pagada es una necesidad incluso en circunstancias normales, pero en una pandemia, es una cuestión de seguridad nacional. Esto es especialmente cierto para los trabajadores afroamericanos, latinos, asiático-americanos e isleños del Pacífico, nativos americanos y de bajos ingresos que tienen menos probabilidades de poder trabajar desde casa. Promulgaremos de inmediato protecciones robustas de licencia por enfermedad pagada como parte de la respuesta al COVID-19 para todos los trabajadores de la economía, incluyendo contratistas, trabajadores a tiempo parcial, trabajadores domésticos y los trabajadores independientes. Y los demócratas tomaremos medidas inmediatas para proteger a los trabajadores esenciales en sus trabajos, donde la Administración de Trump los ha descuidado, desde la agricultura hasta las plantas de empaque de carne, a instalaciones de manufactura y a hospitales. Entre las medidas que tomaremos se encuentran emitir e implementar estándares efectivos de seguridad en el lugar de trabajo de enfermedades infecciosas a través de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés).

Como millones de estadounidenses se han quedado en casa para prevenir la propagación de la pandemia, es evidente que en el siglo 21, el tener acceso al Internet no es algo opcional: es una herramienta vital para recibir una educación y para participar en la economía, y todos necesitamos acceso a un servicio de banda ancha de alta velocidad asequible. Los demócratas tomaremos medidas para evitar que los estados bloqueen a los municipios y las cooperativas rurales en construir redes de banda ancha de propiedad pública, y aumentarán el apoyo federal para la banda ancha municipal, mientras exigimos que los beneficiarios de los fondos se adhieran a políticas que apoyen los buenos empleos e incluyan fuertes protecciones para que permitan a los trabajadores organizarse en pro de sus derechos. Aumentaremos la inversión pública en infraestructura de banda ancha rural, urbana y tribal, ofreceremos subsidios a las personas de bajos ingresos para acceder al Internet de alta velocidad e invertiremos en programas de capacitación en alfabetización digital, para que los niños, las familias y las personas con discapacidades puedan participar plenamente en la escuela, trabajo y vida, desde sus hogares. Y los demócratas restableceremos la autoridad clara de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC por sus siglas en inglés) para tomar fuertes medidas de cumplimiento contra los proveedores de banda ancha que violen los principios de neutralidad de la red mediante el bloqueo, la limitación, la prioridad de paga u otras medidas que creen una escasez artificial y eleven los precios al consumidor de tan vital servicio.

El presidente Trump y su administración no solo le han fallado al pueblo estadounidense, le han fallado al mundo. En crisis de salud pública pasadas, incluyendo la epidemia de ébola, la disciplinada diplomacia estadounidense moldeó y dirigió una respuesta mundial coordinada, reunió recursos públicos y privados, aceleró la investigación sobre tratamientos y vacunas y dirigió la ayuda de emergencia mundial. En la pandemia de COVID-19, el presidente Trump no solo fracasó en liderar, sino que él también saboteó activamente los esfuerzos globales para frenar la pandemia. Se negó a trabajar con nuestros aliados para identificar y coordinar la manufactura de posibles vacunas; alegadamente intentó robar los derechos exclusivos de una posible vacuna de nuestro aliado Alemania; recortó los programas del CDC y del Departamento de Estado para la identificación temprana de patógenos infecciosos; retiró la financiación y el apoyo a la Organización Mundial de la Salud (OMS por sus siglas en inglés); y trató de distraer al pueblo de su negligencia en el cumplimiento del deber basándose en las tácticas autoritarias que tanto admira, utilizando la retórica racista para culpar a los “extranjeros” y avivar las divisiones en casa.

Los demócratas tomaremos el rumbo opuesto y restauraremos el liderazgo estadounidense, coordinando una respuesta sanitaria y económica mundial a la pandemia de COVID-19, y garantizando que estemos mucho mejor preparados para futuras emergencias de salud mundial.