“Hace un año, un día alegre lleno de música, amor y risas se convirtió en el ataque más mortífero contra la comunidad judía desde el Holocausto. Más de 1.200 personas (adultos jóvenes, bebés, abuelos) murieron en un acto de odio y terrorismo a manos de Hamás, entre ellos 46 estadounidenses. Hubo 254 más que fueron tomados como rehenes, incluyendo 12 estadounidenses, y muchos de ellos han muerto trágicamente desde entonces en cautiverio. Hoy honramos sus vidas, lloramos con sus amigos y familiares y nos comprometemos nuevamente a traer a los rehenes a casa. 

“El dolor y el sufrimiento de las víctimas del 7 de octubre son inimaginables, y nuestros corazones estan con sus familias mientras luchan por traer a sus seres queridos a casa. Jon Polin, cuyo hijo Hersh fue tomado como rehén y asesinado por Hamás, dijo: ‘Tal vez, sólo tal vez, tu muerte sea la piedra, el combustible que traerá a los 101 rehenes restantes’. Hoy, no debemos permitir que el odio gane, y debemos condenar el antisemitismo y los prejuicios siempre que los veamos. Debemos seguir trabajando por la liberación de todos los rehenes, incluyendo los siete ciudadanos estadounidenses, vivos y fallecidos, que aún están retenidos: Omer, Edan, Sagui, Keith, Judy, Gad e Itay. En Israel, en Gaza y en todo el mundo, debemos pedir paz, amor y aprecio por toda la humanidad.

“A lo largo de la historia, la comunidad judía ha demostrado ser fuerte frente al odio y resiliente cuando se le hace sufrir. Aprovechemos este momento para unirnos como personas. Nuestros corazones están con las familias y amigos de quienes murieron en este ataque y están sufriendo en medio de la escalada de violencia, y estamos hombro con hombro con ustedes”.