ICYMI

Por Damià S. Bonmatí

 

19 de abril, 2018

 

Exigir a los beneficiarios de las estampillas de comida que trabajen si quieren recibir el dinero de ayuda para comprar alimentos es el principal –y más polémico– cambio que los republicanos proponen para los 'food stamps', una propuesta que avanza con determinación en el Congreso en su camino para convertirse en ley.

 

Si se aprueba esta norma, los estados deberán obligar a la mayoría de beneficiarios de las estampillas entre 18 y 59 años que trabajen como mínimo media jornada si pretenden seguir recibiendo las ayudas. Quedarían fuera del requisito las embarazadas y discapacitados.

 

También impondría la necesidad de participar en programas de entrenamiento laboral a cambio de recibir las estampillas.

 

Este es el gran esfuerzo que los republicanos están haciendo a escala federal para reformar un sistema de ayuda pública del que, según ellos, se aprovechan muchos usuarios. Para ahorrar, el gobierno de Donald Trump también ha propuesto que cestas con alimentos no perecederos sustituyan los actuales cupones de comida.

 

Unos 40 millones de personas que viven en la pobreza, con un alto porcentaje de hispanos y afroestadounidenses, se benefician en Estados Unidos de este programa, según datos oficiales. Pero la nueva exigencia dejaría fuera de los 'food stamps' a cerca de un millón de ellas, según la Oficina Presupuestaria del Congreso.

 

Eso reduciría en 20,000 millones de dólares el gasto público en una década, aunque también aumentaría el costo en 1,000 millones al año por la necesidad de organizar entrenamientos y cursos.

 

Grupos críticos con el cambio, como los del Center on Budget and Policy Priorities, creen que los 'food stamps' son una de las mejores herramientas para luchar contra la pobreza en Estados Unidos y que estos requisitos pondrían en peligro su eficiencia actual.

 

Este miércoles, el Comité de Agricultura votó a favor de que la propuesta de ley pase a discutirse en la Cámara de Representantes, un importante logro. La votación, sin embargo, fue claramente partidista: con los republicanos votando a favor y los demócratas en contra.

 

El presidente del comité, el texano Michael Conaway, criticó a los demócratas en un comunicado por oponerse al requisito de trabajar. Para Conaway, esa exigencia “provee a los beneficiarios de las estampillas no solo un beneficio, sino un mejor futuro que solo el trabajo puede proveer”.

 

Ambas cámaras tienen mayoría republicana, pero el Senado será un más díficil obstáculo para que los requisitos finalmente se aprueben a escala federal y acaben afectando a los beneficiarios de las estampillas.

 

La líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosy, dijo que los cambios en los 'food stamps' ponen en riesgo a “millones de retirados, veteranos, discapacitados, estudiantes y familias” que necesitan esas ayudas para poner comida en la mesa.

 

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